Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

jueves, 31 de mayo de 2012

"LOCOS AL VOLANTE"

Que paren el mundo que quiero bajarme, o mejor que paren este país antes de estrellarnos, si es que ya no lo hemos hecho. Porque con políticos como los que gobiernan, y lideran la oposición, es como subirte a un coche con un conductor borracho circulando a toda velocidad por una carretera a oscuras y llena de curvas.

Y es que uno ya no quiere seguir subido a un país donde no se crea una comisión que investigue los errores cometidos por BANKIA para necesitar 19.000 millones de euros. Un país donde se archiva una denuncia por malversación de dinero público contra el presidente del CGPJ, Carlos Dívar, sin investigar si los gastos de la veintena de viajes que hizo a Marbella estaban justificados, pero se juzga a un músico, Javier Krahe, por supuesta ofensa a los sentimientos religiosos por el corto que rodó en 1977 en el que explicaba cómo hacer al horno un cristo crucificado. Su emisión en 2004 dentro de una entrevista a Krahe en Canal+ provocó la denuncia del Centro Jurídico Tomás Moro. Un país, España, que tiene 5 millones de parados y más de 350.000 familias han sido desahuciadas desde que empezó la crisis en 2007, más de 58.000 sólo el año pasado. Pero lo más vergonzoso es que el 80% de los desahucios los han llevado a cabo los bancos que forman parte de Bankia, el banco que hemos rescatado con el dinero de todos.

Insisto, que paren Españistán que yo me bajo, pues resulta indignante o más bien insultante que el gobierno que conduce este alocado coche –llevando como copiloto a una oposición que antes también fue conductor-  esté dispuesto a dar el triple de dinero a Bankia que al Ministerio de Educación. Un banco donde los políticos y sindicalistas que formaron parte de su consejo de administración ganaron entre todos casi 12 millones de euros el año pasado, pero a pesar de esta desvergüenza no solo no dimiten si no que tampoco devuelven lo que se han embolsado por vaciarnos el bolsillo. Solamente con el 5% del rescate presupuestado para esa entidad se podría realojar a 10.000 familias desahuciadas. Rescatemos a las personas y no a los bancos estafadores. Por cierto, como cambian los tiempos, ahora son los bancos los que te atracan y no los que son atracados.

Como decía que paren este país que yo me bajo para exiliarme de nuevo en la Inopia, lugar donde el crecimiento y el bienestar social son directamente proporcionales a la equidad en el reparto de la riqueza.

 

martes, 22 de mayo de 2012

LAS CORRECCIONES, Jonathan Franzen.


Acabo de terminar Las correcciones de Jonathan Franzenn y creo que si las navidades siempre han provocado en mí cierto rechazo a partir de la sensación deprimente y llena de hipocresía que me suscitan, después de esta lectura ni siquiera me quedará el consuelo del día de los Reyes Magos, cómo último refugio en dichas fiestas. Pues la navidad, tal y como la celebramos, o más bien padecemos, no es otra cosa que la demostración de la insaciable voracidad del sistema capitalista y del consumismo sin freno, azucarado, eso sí, con dosis de estupendas intenciones y encaminada, sobre todo, a la idílica e irrenunciable, para casi todos, reunión familiar. En la novela de Franzen supone todo un símbolo del artificio en el que nos vemos imbuidos los llamados ciudadanos de la sociedad postmoderna. Y ya sé que creer en la navidad hace las cosas más fáciles, pero al mismo tiempo nos pervierte como individuos, nos obliga a asumir una suerte de autoficción. Creer en la navidad implica aceptar la realidad pactada y no proponer nada a cambio. Con diferentes estrategias, los hijos del matrimonio Lambert luchan contra la Navidad, porque desde lejos parecen vislumbrar una especie de micro dictadura cocinada en el vientre materno. Así, la obstinación casi enfermiza de la matriarca de la familia por congregar a todos los miembros el día de navidad es el eje transversal que configura toda la trama argumental sobre la que discurre esta novela. Esto le permite mostrar a Franzen como la familia cuando se une lo hace por costumbre u obcecación, casi nunca por convicción.

La mediocridad que nos corroe y de la que no podemos escapar es otro de los temas que Franzen aborda en esta historia. La dureza de esta mediocridad es tan angustiosa y desoladora, a veces, en todos los personajes de la novela como su propia existencia. Por eso se deprimen, porque su incapacidad les deprime, pero no lo saben, solo lo intuyen y no pueden asumirlo, ni enfrentarse a ello. Habitan un mundo donde  las correcciones son tan constantes que van enraizando lentamente en su depresiva existencia. En la escena donde se nos describe a un niño (Chip, el menor de los Franzen) frente a un plato de comida que se niega a ingerir podemos apreciar claramente esto que digo: “Podía ser que la luz fútil en una casa, con tres personas en el sótano, cada una por su lado y a lo suyo, y una sola persona en la planta baja –un muchachito con la vista clavada en un plato de comida fría-, fuera como la mente de una persona deprimida”.

Las correcciones recrea la vida de una familia cuyo origen se sitúa en la América profunda, cuyos aconteceres van desde mediados del siglo XX hasta finales de los noventa. Son los Lambert: el matrimonio de Alfred, un ingeniero ferroviario enfermo de Parkinson y con demencia senil, y Enid, su resignada y obsesiva esposa y sus tres hijos, que viven en la costa Este. Enid trata por todos los medios de reagrupar al clan familiar para una última reunión de navidad a finales del siglo XX.

Cinco individuos, los Lambert, desquiciados que solo son lo que son, que existen por sí y para sí y que por eso andan perdidos en el mundo. Y como el mundo está mal hecho, la única manera que parece posible introducir algún cambio es corrigiéndolo en nosotros, pero todas estas interminables autocorrecciones nos van desquiciando lentamente. Los personajes principales son seres que se han decepcionado a sí mismos y que luchan contra sí mismos por mantenerlo oculto, siendo la única verdad que no pueden aceptar porque es también la única posible capaz de explicarlos. Una muestra de ello son las escenas que protagoniza Gary (el hijo mayor), afirmándose obsesivamente en casa de sus padres para tratar así de superar la derrota continúa que le provoca día tras otro su propia familia. El egoísmo, por otra parte, se convierte en esta novela en un cáncer del individuo, pero a pesar de todo el sufrimiento que origina no cesa, sigue existiendo imperturbable; no lo pudo modificar “lo buenos tiempos del pasado” y no lo modificará menos ahora la infelicidad de los presentes. Como resultado, la decepción es completa, solo queda el engaño como sustituto del éxito para el individuo enfangado. Pero la familia sigue, a pesar de todo, como el espejo donde mirar las correcciones, como último y seguro asidero.

El libro termina con una pregunta lanzada por Franzen a través del patriarca de la familia Lambert, Alfred: “La pregunta era: ¿Cómo salir de esta cárcel?” Y es tal vez el último pensamiento coherente de Alfred Lambert sumido en los estragos del Parkinson y la demencia senil. La enfermedad como metáfora. La cárcel de Alfred es un hospital donde intentan dar esperanzas a la familia, no al enfermo, a través de un tratamiento experimental. La enfermedad de Alfred le hace confundir la realidad con su delirio personal. Cada uno de los personajes, en sus cárceles individuales, se esfuerza en intentar construir un artificio de familia. De esta manera los personajes de Las correcciones, cada uno de los Lambert, se convierte en arquetipo con todos sus defectos, sus carencias afectivas y sus disfunciones psicológicas. Siendo héroes trágicos condenados no por el destino, como en las representaciones del teatro clásico, sino por la mediocridad de la artificial vida en la que se hayan sumidos.

Por eso  Las correcciones es una novela dura, porque en ella nos podemos contemplar a nosotros mismos, porque entre toda la exageración que acompaña a todo arquetipo podemos siempre entresacar algo que nos representa. Y lo que Franzen nos muestra de nosotros mismos no es agradable pues no hay forma de salir de esta cárcel.

Las páginas y páginas dedicadas a rastrear las vidas de Chip, Gary y Denise (los tres hijos) tienen como objeto que seamos capaces de evaluar los daños en el momento del conflicto, pues toda acción tiene su reacción o consecuencia. Por eso, en esta novela no sobra ninguna de sus  734 páginas (de la versión en castellano).

Sirva la desgarradora escena siguiente para hacernos idea de los golpes directos que salen de sus páginas: Enid se despide de Sylvia, a quien acaba de conocer en el crucero, y vuelve al camarote donde Alfred se debate en una desoladora “lucha” contra la mierda, su propia mierda orgánica pero también intelectual y vital, la mierda que nos rodea sin dejarnos más escapatoria que intentar limpiarla a solas, como única forma de mantener cierta diginidad.

Nota adicional:
Las correcciones obtuvo en 2001 el National Book Award y catapultó a su autor a la cima del reconocimiento y el éxito de ventas (despachó varios millones de ejemplares). Cosechó grandes elogios de plumas como Richard Ford, Don Delillo y David Foster Wallace y convirtió a Franzen en una de las voces imprescindibles de las letras norteamericanas. Esta año ha habido un intento por llevar la novela, como serie, a la TV americana, pero después del visionado del episodio piloto los productores optaron por no seguir con el proyecto alegando la “excesiva complejidad del argumento”. La última novela de Franzen, Libertad, también se ha alzado con un gran éxito de críticas y ventas. Y creo que será mi siguiente lectura de ficción. A pesar de todo, Franzen engancha...

martes, 15 de mayo de 2012

Carta de un investigador a Rodrigo Rato (con oferta de trabajo incluida).

Dejo esta irónica carta de un investigador a Roddrigo Rato. No tiene desperdicio, no dejéis de leerla.
 

Querido Rodrigo,
Eres mi ídolo. No sé cómo lo has hecho, pero el gobierno está considerando inyectar 7.000 millones en el banco que presidías. No es la primera vez que lo consigues: en 2010, el Estado os prestó 4.500 millones y después os avaló por 27.500 millones más.
Como investigador, te admiro muchísimo, pues ya querría tener tu capacidad para convencer a los gobiernos de que suelten el parné. Sólo esos 7.000 millones es más dinero que todo el presupuesto para investigación en los Presupuestos Generales del Estado (6.400 millones).
El desastre de Bankia me ha proporcionado una amarga satisfacción, pues confirma una de mis hipótesis científicas: la estructura política de nuestro país está podrida hasta las entrañas. En los consejos de administración de Bankia y sus corporaciones, estabais todos: Mercedes de la Merced y Manuel Lamela (PP), Arturo Fernández (vicepresidente de la CEOE), Maria Enedina Álvarez (ex-diputada PSOE), José Antonio Morán Santín (IU), José Ricardo Martínez (secretario general de UGT Madrid),etc.
¡Viva la meritocracia, coño!
No me puedo explicar el fracaso de Bankia: estaba en manos del más selecto grupo de mentes privilegiadas. No se habían visto tantos premios Nobel juntos desde la Conferencia Solvay de 1927.
Por bromitas como la de tu banco, este año no vamos a pagar los premios a los ganadores de la Olimpiada de Física. Empollones, frikis, cuatro-ojos, pajilleros compulsivos: ¡os lo tenéis bien merecido! ¿Qué hacéis estudiando física con 17 años? ¡Dedicarse ar furbol!
En el fondo, mi sarcasmo nace de la envidia. Tú ganaste el año pasado 2,3 millones de euros. Mi salario es 110 veces menor. Pero debo reconocer que la diferencia está justificada: yo sólo estudio las ecuaciones que describen los agujeros negros, mientras tú creas agujeros negros que ya quisiera la Galaxia de Andrómeda.
Rodrigo, te escribo porque quiero hacerte una oferta. Ahora que tienes más tiempo libre, me gustaría que te unieses al grupo de científicos que luchamos para que la ciencia española no desaparezca. Tu participación nos vendría de lujo. Con uno de tus golpes maestros, nos compramos el CERN, el telescopio Hubble y la NASA entera. Lo digo en serio: el presupuesto de la NASA para 2012 es de 18.000 millones de dólares. ¡Está a tu alcance!
Por cierto, Rodri, nos vemos este sábado en Sol. Hazme una perdida cuando llegues, ¿vale?

Un abrazo, crack.

Dr. Alberto Sicilia.

Fuente: Principia Marsupia

P.D.- Mi oferta a Rato va en serio. ¡Hagámos un poquito de ruido, a ver si nos responde!

martes, 8 de mayo de 2012

El 12 de mayo: ¡Toma la calle!



5 razones para salir el 12M15M
Somos el 99%.
El pasado 15 de octubre muchísimas personas salimos juntas a las calles en más de 1000 ciudades de 82 países. Tomamos las calles, nos organizamos, y comenzamos un camino hacia un cambio global.
Han pasado más de 6 meses y seguimos alzando la voz para dejar claro a políticos y banqueros QUE NO NOS REPRESENTAN; somos personas  que estamos coordinadas, pensando juntas y exigiendo nuestras reivindicaciones para que el bienestar del 99% de la población sea tenido en cuenta.
La legitimidad de nuestros gobernantes reside en que deben atender los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad, y no el de unas pocas privilegiadas.
Estamos en todos lados; estamos donde no nos esperan.
Reclamaremos con total firmeza y de un modo no violento la justicia social, la distribución de la riqueza y una ética pública, mientras condenamos la pobreza, la desigualdad, la devastación medioambiental y la corrupción, como herramientas de sometimiento de los poderosos sobre las sociedades.
No pararemos hasta conseguir nuestros objetivos, los del 99% de la población. Saldremos a la calle una y otra vez hasta que podamos decidir entre todas, el mundo en el que queremos vivir.
¡Queremos un cambio global!
¡Convirtamos las calles en el mayor altavoz del mundo el 12 de mayo!
¡Porque somos el 99%!
¡Porque no somos mercancía en manos de políticos y banqueros!
¡Tomemos las calles el 12 de mayo!

jueves, 3 de mayo de 2012

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA EN UN PAÍS LLAMADO ESPAÑA.



 Malos tiempos para la lírica” para un país donde se han aprobado unos presupuestos que obligan a los jubilados a pagarse las medicinas, mientras la mayoría de los diputados se jubilan con una pensión de entre el 100% y el 80% de la pensión máxima (unos 2.500 euros) y cuando se retiran del parlamento reciben 2.800 euros mensuales durante un máximo de dos años, aunque tengan otro sueldo privado. País este, y parlamento este, que diría Forges, porque mientras los jubilados tendrán que adelantar el 10% del dinero de los fármacos que nos les cubra el copago, los diputados reciben más de 1800 euros mensuales para alojamiento y manutención si son de fuera y casi 900 si son de Madrid, además por supuesto de  su sueldo de 3126 € más dos pagas extras, entre 775 y 1590 si estás en una comisión y un mínimo de 2300 si tienes algún cargo parlamentario. Eso sin contar el sueldo del partido.
“Malos tiempos para la lírica” porque tendremos que pagar también por las sillas de ruedas que no sean urgentes, mientras un diputado recibe 25 euros por cada 100 kilómetros si usa coche propio y 3000 euros anuales (250 al mes) para taxis si no tiene coche oficial y 120 euros diarios cuando viajan dentro de España y 150 diarios si lo hacen fuera de nuestro país, siempre viajando en primera clase. En un país donde nos han subido los impuestos pero los diputados no tributan por todas estas dietas de transporte y manutención ni tampoco la paga extra por tener cargos en el congreso.  
“Malos tiempos para la lírica” en un país donde cada español trabaja 146 días al año solo para pagar impuestos, soportando una presión fiscal cinco veces mayor que el Banco Santander, por poner un ejemplo y donde se permite que las grandes fortunas se libren de pagar impuestos para evitar que se marchen al extranjero y en el que solo noventa personas cumplen condena por fraude fiscal.
 Malos tiempos para la lírica” en un país donde nos están limitando el libre derecho a manifestarnos con un endurecimiento del Código Penal y que nos están limitando el derecho a defendernos imponiéndonos tasas si se nos ocurre la mala idea de recurrir sentencias, lo que atenta contra el principio máximo de toda democracia, la igualdad.
País este donde se nos aplica un recorte de diez mil millones en sanidad y educación y se nos obliga a pagar las medicinas incluso a los jubilados con el “simpático” argumento de que es “un pequeño esfuerzo” y “unos pocos euros” o lo “que cuestan cuatro cafés”. “Malos tiempos para la lírica” y para la cultura y la educación  porque habrá un 20% más de alumnos por clase y una reducción drástica de profesores. Y malos tiempos, malísimos diría yo para todos los trabajadores de este país que tendrán que soportar una reforma que abarata el despido hasta la gratuidad y donde los que tengan la suerte de contar con un contrato de trabajo tendrán que hacerlo bajo unas condiciones de precariedad vergonzosas.
Este es el país en el que vivimos, donde a mucha gente le da igual la herencia recibida y que les roben y les mientan, un país que se hace añicos mientras los dos grandes partidos discuten de quién es la culpa y el gobierno esgrime un informe de la Unión Europea que dice que el déficit declarado por el anterior gobierno del PSOE era mentira. Pero si este partido escamoteó el dato, el gobierno actual escamotea el hecho de que esa herencia también es suya en muchas comunidades autónomas donde gobiernan. Y mientras esto sucede siguen enzarzándose  en sus estériles disputas y a los ciudadanos que nos den por donde amargan los pepinos. Y mientras,  este país llamado España vuelve a entrar en recesión por segundo trimestre consecutivo… Y todo este negro panorama se ve oscurecido un poco más con 365.000 nuevos parados que suman ya un total de 5.600.000 desempleados. Malos tiempos para la lírica si, malos de verdad...