Hace unos días acabe de ver la primera
temporada de la serie de la HBO, True Detective y puedo decir que para mí está
a la altura de otras grandes series como Los Soprano, Breaking Bad y The Wire.
True Detective es una gran serie con
escenas que contienen diálogos magistrales. No es solo una serie de detectives
en busca de solución a un asesinato ocurrido en Luisiana, no es solo la lucha
del bien contra el mal con algunos de sus tópicos, es algo más que eso, aunque
también sea eso. En la historia, los personajes y la disección de sus mundos
interiores cobran quizás más importancia que la propia historia.
Os dejo el enlace a you tube (más abajo tenéis el diálogo transcrito por completo) con la una de mis escenas preferidas donde el nihilista detective Rustin Cohle (McConaughey) describe el
«mecanismo» de una religión y cómo afecta al cerebro. Su compañero, el
detective Martin Hart (Woody Harrelson), creyente no practicante, escucha y
replica. La escena se desarrolla bajo la carpa de un predicador de Luisiana al
que deben interrogar en el caso del asesinato que investigan. Las palabras de
Cohle subrayan imágenes de mujeres y hombres caracterizados como campesinos pobres
e ignorantes de la América Profunda.
«… Tienen unas ganas enormes de cuentos
de hadas», dice Cohle de los campesinos. «¿Qué puede decirse de una vida… que
necesita reunirse y contarse historias que violan las leyes del universo solo
para superar cada maldito día?».
Cohle dice que los creyentes transfieren
el miedo a un recipiente de autoridad superior que absorbe los temores con un
discurso que ofrece una catarsis.
«Algunos antropólogos de la lingüística
creen que la religión es un virus del lenguaje que reescribe las conexiones
cerebrales y hace difícil el razonamiento crítico».
“Si lo único que hace que una persona sea
decente es la esperanza de una recompensa divina, entonces, hermano, esa
persona es un pedazo de mierda, y me gustaría que salieran a luz cuantas más de
ellas mejor. ¿Tienes que juntarte con otros y contarte historias que violan
cada ley del universo sólo para poder superar el maldito día? ¿Qué dice eso de
tu realidad?”
El diálogo completo no tiene desperdicio:
Rust: ¿Cuál opinas que es el
coeficiente intelectual medio de este grupo?
Martin: ¿Puedes ver Texas desde arriba de
tu gran caballo? ¿Qué sabes de esta gente?
Rust: Solo observación y deducción. Veo una propensión a la obesidad. Pobreza.
Ansia por los cuentos de hadas. Tipos depositando los pocos pavos que tengan en
una pequeña cesta de mimbre que se van pasando. Creo que se puede decir con
seguridad que nadie aquí va a desintegrar el átomo, Marty.
Martin: ¿Lo ves? Tu jodida actitud. No todo el mundo quiere sentarse solo en
una habitación vacía haciéndose pajas con libros de texto de asesinatos. Alguna
gente disfruta de la comunidad. Un bien común.
Rust: Sí, bueno, si el bien común es inventar cuentos de hadas entonces no es
bueno para nadie.
Martin: ¿Te imaginas qué pasaría si la
gente no creyese? ¿Todas las maldades que podrían hacer?
Rust: Exactamente lo mismo que ahora, pero al descubierto.
Martin: Tonterías. Sería un jodido circo de
asesinato y libertinaje y lo sabes.
Rust: Si lo único que hace que una persona sea decente es la expectativa de un
premio divino, entonces, hermano, esa persona es un pedazo de mierda; y me
gustaría poner a tantas de ellas al descubierto como sea posible.
Martin: Bueno, supongo que tu juicio es infalible, listillo de mierda. ¿Crees
que esa libreta es una tabla de piedra?
Rust: ¿Y qué dice eso de la vida, eh? Tenéis que juntaros, contaros a vosotros
mismos historias que violan todas las leyes del universo solo para poder pasar
el puto día. ¿Qué dice eso de tu realidad, Marty?
Martin: Cuando te pones a hablar de esa
forma suenas asustado. Descubriste que era todo un engaño ¿no?
…………………………………………………………………
Rust: ¿Toda esa gente está equivocada?
Oh, sí. Ha sido así desde que un mono miró al sol y le dijo al otro mono: “Él
me dijo que tú tienes que darme tu maldita mitad”. La gente es tan frágil que
prefieren tirar una moneda a la fuente que comprar la cena.
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Rust: La transferencia de miedo y
autodesprecio a una vasija autoritaria. Es catarsis. Él absorbe su terror con
su narrativa. A causa de esto, es efectivo en proporción a la cantidad de
certeza que pueda proyectar. Ciertos antropólogos lingüísticos piensan que la
religión es un virus del lenguaje que reescribe senderos en el cerebro que anulan
el pensamiento crítico.
Martin: Bueno, no utilizo palabras de
diez dólares tanto como tú, pero para un tipo que no ve sentido en la
existencia, es seguro que te preocupas mucho por ella. Y aún así suenas
aterrorizado.
Rust: Al menos no corro hacia una luz roja.
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Rust: La falacia ontológica de esperar una luz
al final del túnel. Bueno, eso es lo que el predicador vende, al igual que un
psiquiatra. El predicador alienta tu capacidad para ilusionarte. Entonces te
dice que es una virtud. Siempre con algún dolor de por medio, y claramente es
un desesperado sentido de derecho, ¿o no? “Seguro, todo eso es para mí”. Mío. “Mío,
mío, mío. Yo, yo”. “Soy tan importante ¿verdad? ¡Púdrete!
Una serie que merece la pena de verdad. Feliz fin de semana.
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