Una vez más la procelosa mar de las ondas cibernéticas trae hasta mí una botella con mensaje que, arrastrada por las corrientes electromagnéticas que alimentan este mundo virtual, llega hasta una de las muchas playas perdidas en esta isla llamada Inopia. El mensaje parece venir de otro tiempo, aunque después de su lectura pareciera que su análisis fuera una descripción perfectamente válida para los aconteceres de nuestra época.
"Vivimos una época rica en inteligencias creadoras, cuyas expresiones han de acrecentar considerablemente nuestras vidas. Hoy cruzamos los mares merced a la fuerza desarrollada por el hombre, y empleamos también esa energía para aliviar a la humanidad del trabajo muscular agotador. Aprendimos a volar y somos capaces de enviar mensajes y noticias sin dificultad alguna a los más remotos lugares del mundo, por medio de ondas eléctricas.
No obstante, la producción y distribución de bienes se halla por completo desorganizada, de manera que la mayoría ha de vivir temerosa ante la posibilidad de verse eliminada del ciclo económico, y sufrir así la falta de lo necesario. Además, los habitantes de las distintas naciones se matan entre sí a intervalos regulares, por lo que también, debido a esta causa debe sentir miedo y terror todo el que piense en el futuro. Esta anomalía se debe al hecho de que la inteligencia y el carácter de las masas son muy inferiores a la inteligencia y al carácter de los pocos que producen algo valioso para la comunidad. Confío en que la posteridad lea estas afirmaciones con un sentido de justicia y la necesidad de un cambio en la situación"
De "Mis Creencias" de A. Einstein (1939).
No hay comentarios:
Publicar un comentario