“Malos tiempos para la lírica”
para un país donde se han aprobado unos presupuestos que obligan a los
jubilados a pagarse las medicinas, mientras la mayoría de los diputados se
jubilan con una pensión de entre el 100% y el 80% de la pensión máxima (unos
2.500 euros) y cuando se retiran del parlamento reciben 2.800 euros mensuales
durante un máximo de dos años, aunque tengan otro sueldo privado. País este, y
parlamento este, que diría Forges, porque mientras los jubilados tendrán que
adelantar el 10% del dinero de los fármacos que nos les cubra el copago,
los diputados reciben más de 1800 euros mensuales para alojamiento y
manutención si son de fuera y casi 900 si son de Madrid, además por supuesto
de su sueldo de 3126 € más dos pagas extras, entre 775 y 1590 si estás en
una comisión y un mínimo de 2300 si tienes algún cargo parlamentario. Eso sin
contar el sueldo del partido.
“Malos tiempos para la lírica” porque tendremos que pagar también por las
sillas de ruedas que no sean urgentes, mientras un diputado recibe 25 euros por
cada 100 kilómetros si usa coche propio y 3000 euros anuales (250 al mes) para
taxis si no tiene coche oficial y 120 euros diarios cuando viajan dentro de
España y 150 diarios si lo hacen fuera de nuestro país, siempre viajando en
primera clase. En un país donde nos han subido los impuestos pero los diputados
no tributan por todas estas dietas de transporte y manutención ni tampoco la
paga extra por tener cargos en el congreso.
“Malos tiempos para la lírica” en un país donde cada español trabaja 146
días al año solo para pagar impuestos, soportando una presión fiscal cinco
veces mayor que el Banco Santander, por poner un ejemplo y donde se permite que
las grandes fortunas se libren de pagar impuestos para evitar que se marchen al
extranjero y en el que solo noventa personas cumplen condena por fraude fiscal.
País este donde se nos aplica un recorte de diez mil
millones en sanidad y educación y se nos obliga a pagar las medicinas incluso a
los jubilados con el “simpático” argumento de que es “un pequeño esfuerzo” y
“unos pocos euros” o lo “que cuestan cuatro cafés”. “Malos tiempos para la
lírica” y para la cultura y la educación
porque habrá un 20% más de alumnos por clase y una reducción drástica de profesores. Y malos
tiempos, malísimos diría yo para todos los trabajadores de este
país que tendrán que soportar una reforma que abarata el despido hasta la
gratuidad y donde los que tengan la suerte de contar con un contrato de trabajo
tendrán que hacerlo bajo unas condiciones de precariedad vergonzosas.
Este es el país en el que vivimos, donde a mucha gente le da
igual la herencia recibida y que les roben y les mientan, un país que se hace
añicos mientras los dos grandes partidos discuten de quién es la culpa y el
gobierno esgrime un informe de la Unión Europea que dice que el déficit
declarado por el anterior gobierno del PSOE era mentira. Pero si este partido
escamoteó el dato, el gobierno actual escamotea el hecho de que esa herencia
también es suya en muchas comunidades autónomas donde gobiernan. Y mientras esto sucede siguen enzarzándose en sus estériles disputas y a los ciudadanos
que nos den por donde amargan los pepinos. Y mientras, este país llamado España vuelve a entrar en
recesión por segundo trimestre consecutivo… Y todo este negro panorama se ve oscurecido
un poco más con 365.000 nuevos parados que suman ya un total de 5.600.000
desempleados. Malos tiempos para la lírica si, malos de verdad...
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