Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

viernes, 24 de febrero de 2017

24 DE FEBRERO DE 2017.


Amor del día a día
amor cotidiano
de cambiar pañales
de sacar al perro
de compartir sofá
con mantita y tedio.

Amor sin caducidad
ni San Valentín
de economía casera
de lunes marrón
 y periódico los domingos.

Amor en blanco y negro
y en cinemascope
de mirar la lluvia
de comprar el pan
de compartir el vaso
y la copa.

Amor a la luz de una vela
y de luz eléctrica
de abrazos bajo el edredón
y besos en la puerta
de despedidas
de llegadas.

Amor a pecho descubierto
de trincheras
y guerrillas
amor que es escudo en la batalla
y colchón en la retirada.

Amor que duele
que mata
que hiere
que cura
que aparece y desaparece.

Amor para amar de día
pero sobre todo
para amar de noche
amor sin más.


jueves, 16 de febrero de 2017

SOBRE PERROS Y HUMANOS.


"Debidamente entrenado, el hombre puede llegar a ser el mejor amigo del perro".
Corey Ford.

I.

Despertó volviendo la mirada hacia su perro, que allí estaba junto a su cama, esperando como desde que era cachorro una caricia, una mirada de complicidad, un ¡vamos, comencemos el día jugando! Pero no entendía ni uno solo de sus ladridos.

Siempre pensó que a aquél animal solo le faltaba la cualidad del lenguaje, el humano por supuesto, para ser perfecto y, sobre todo, para poder entender qué demonios quería. Su mirada, sus gestos, sus movimientos de cola, sus ladridos, todo el compendio de medios que utilizaba su perro para intentar comunicarse le maravillaba aunque nunca llegara a comprenderlo.

El perro, como en otras ocasiones, parecía querer decir algo, pero como siempre ni con miradas de profundidad inigualable, ni con movimientos de cola y ladridos de lo más elocuentes, parecía encontrar la manera de ser entendido. A pesar de todo el esfuerzo su dueño seguía con la perplejidad acostumbrada.


Así pues, como de costumbre, se dio media vuelta y optó por tumbarse, enroscado sobre sí y resignado como siempre y en el lugar de siempre, comprobando por enésima vez cómo su dueño seguía siendo tan humano, también, como siempre.

II.

Noto que ya nada es como antes. Me sirve igual que siempre mi plato de comida, pero desde hace unos días algo ha cambiado. Ahora va siempre acompañada de un ingrato e incómodo silencio. Yo devoro cada bolita de carne con la misma ansiada impaciencia de siempre pero cuando termino ya no acaricia mi lomo, ya no se dirige hacia mí con la dulce entonación que acostumbraba.

Mi instinto me dice que algo no va bien. Puedo oler la amargura que brota de sus ojos en forma de lágrimas y saborear su derrota cuando deja caer la mano que antes los restregó y ahora lamo en el intento de succionar hasta la última pena. Pero todo es inútil. Algo me insiste por dentro que se acerca la tragedia y por más que me vacío en mis ladridos no consigo que nadie acuda en mi ayuda, en la suya, la de mi compañera de juegos, de complicidades, de ternuras infinitas al calor de una chimenea, nadie acude y yo quedo solo contemplando como se balancea el cuerpo de mi dueña colgado del techo de la cocina.


martes, 14 de febrero de 2017

Impedir la ratificación del CETA en el Parlamento Europeo.

Desde la Inopia nos sumamos al rechazo al CETA y a cualquier acto o movilización en su contra. Reproduzco las seis razones que argumenta EQUO en su contra a través de su eurodiputado Florent Marcellesi:


Nos enfrentamos a una profunda crisis democrática, social, económica y ecológica. Por tanto, lo que cabe esperar de cualquier acuerdo comercial es que sea útil para superarla. ¿Es el caso del CETA, el tratado de comercio e inversiones que han firmado la Unión Europea (UE) y Canadá? Veamos en detalle que nos reservaría este acuerdo —de referencia para otros tratados comerciales como el TTIP— en caso de ser ratificado.

Primero. El secretismo y la ausencia de debate democrático en la negociación de este acuerdo ha sido la norma. Hasta que la región de Valonia alzara la voz, el CETA ha pasado desapercibido y la información hacia el gran público y sus representantes directos, ya sea en el Parlamento Europeo o nacionales (pero no hacia las grandes corporaciones), ha brillado por su ausencia. ¿Alguien duda de que para tener un debate democrático sano y constructivo, necesitamos luz y transparencia?
Segundo. Este “TTIP canadiense” introduce un tribunal especial que otorga derechos exclusivos a los inversores para demandar a países, socavando nuestros sistemas judiciales en Europa y Canadá. Según varios expertos legales, incluyendo la Asociación Alemana de Jueces, estos tribunales podrían ser incompatibles con las leyes de la UE. Ante tal despropósito, Los Verdes Europeos hemos pedido que el Tribunal Europeo de Justicia se pronuncie sobre la posible incompatibilidad, algo que ha impedido el voto conjunto de la Gran Coalición en el Parlamento Europeo (incluyendo PP, PSOE, C's, PNV, PD). ¿Desde cuándo unos demócratas temen la justicia europea?
El acuerdo incentivar el transporte transatlántico, la comercialización del petróleo más sucio, el ' fracking' o las arenas bituminosas.

Tercero. El CETA no solo no crearía ni un solo empleo, sino que los destruirá: se estima una pérdida de 200.000 empleos en toda Europa y más de 20.000 en Canadá. Seguiría el camino marcado por su predecesor, el TAFTA (acuerdo de comercio entre EEUU, Canadá y México), cuya aplicación ha causado la pérdida de un millón de empleos en EEUU. Si fuera poco, y tal como lo denuncian el movimiento sindical canadiense y europeo, los derechos laborales de sindicación y negociación colectiva no aparecen firmemente recogidos en ningún capítulo del tratado. ¿A quién le sorprendería entonces que la Comisión de Empleo del Parlamento Europeo votara hace poco en contra del CETA?
Cuarto. La UE ha negociado un tratado comercial con una "lista negativa" para los servicios, algo que no había hecho nunca antes. En pocas palabras, significa que a menos que los Gobiernos europeos excluyeran específicamente algunos servicios, todos se abrirían automáticamente a la competencia de proveedores extranjeros y sería muy difícil (y costoso) para los gobiernos devolver a la gestión pública los servicios privatizados. Después de la crisis del 2008, ¿quién en su sano juicio quiere más cláusulas de liberalización?

Quinto. Al igual que el TTIP, el CETA es un obstáculo para la lucha contra el cambio climático. Incentivar el transporte transatlántico, la comercialización del petróleo más sucio, el fracking o las arenas bituminosas, frenar la producción de energía limpia local, dar más poder a las multinacionales energéticas y por ende aumentar de forma radical las emisiones de CO2, va exactamente en sentido contrario al recién ratificado Acuerdo Climático de París. ¿Alguien sigue pensando que puede haber comercio sin clima para sostenerlo?

Sexto. Los Estados miembros y la Comisión Europea se disponen a sacrificar el 90% las indicaciones geográficas a nivel europeo con denominación de origen. Con el CETA, los consumidores no tendrían ninguna garantía que el arroz valenciano, el vinagre de Jerez o el plátano de Canarias, hayan sido producidos con unos criterios de calidad en el País Valenciano, en Andalucía o en Canarias. Estos productos podrían entonces ser fabricados y plagiados en Canadá sin que los productores españoles puedan plantear una sola queja. ¿Acaso sabían ustedes que en Canadá ya existe la marca “Orange Valencia” lista para competir con la naranja valenciana?
Por las razones democráticas, sociales, económicas y ecológicas expuestas aquí, Los Verdes, y muchas organizaciones sociales, pedimos que antes de votar en el Parlamento Europeo, el Tribunal de Justicia Europeo se pronuncie sobre la legalidad del tribunal de arbitraje para inversores. Y si la Gran Coalición mantiene su votación favorable en febrero en el Parlamento Europeo, animamos a la ciudadanía a que se movilice con una llamada a todas y todos los eurodiputados a votar en contra del CETA. Nuestro no a este acuerdo se debe a nuestro sí a favor de otra política comercial europea respetuosa con los derechos de las personas, la democracia y el clima. Rechacemos el CETA. Otro comercio es posible.

Florent Marcellesi es eurodiputado de EQUO / Primavera Europea.

sábado, 11 de febrero de 2017

FILÓSOFOS BAJO LA LLUVIA.


Si tengo que elegir, me quedo con la última viñeta...😊