Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

lunes, 29 de noviembre de 2010

Cuaderno de bitácora de un navegante cibernético. (homenaje a la Ciudad Invisible II).

Abandono las dársenas de mi último y virtual puerto. No miro hacia atrás. Mi periplo debe continuar sin rumbo fijo. Tras varias jornadas sin divisar nada que altere mi incansable ímpetu por descubrir nuevos territorios y envuelto en una calma “chicha”-que estaba empezando a contagiarme hasta tal punto que mi cabeza comenzaba a reflejar los inconfundibles signos con los que se nos presenta el sueño- de pronto, las turbulentas aguas azotan mi PC de proa a popa. Sujeto con firmeza al ratón me dispongo a clickear hacia más allá de lo desconocido. No recuerdo si fue una imagen, un sonido lo que llamó mi atención e hizo que me encaramara a lo más alto del palo mayor de mi ordenador para encontrar alguna respuesta a tal sobresalto, pero lo cierto que allí, desde lo más alto, la procelosa mar de las ondas cibernéticas se presenta ante mi ojos de una manera más comprensible.

Cuando uno se adentra en tales aguas, tan profundas y desconocidas, no queda otra posibilidad que navegar a contracorriente aunque te lleven por los rincones más deleznables del espacio-tiempo. A mi alrededor, toda una sarta de obstáculos creados para entorpecer el camino hacia mi utópico destino, intentan siempre hacerme alejar del verdadero espíritu de esta singladura. Pero tengo muy claro, que únicamente tomando el rumbo hacia territorios desconocidos y sin más ley que la que marcan estas aguas tan eléctricas -habitadas por seres que dejan sus inconfundibles vestigios tan procelosos y cibernéticos como las aguas que los cobijan- podré siquiera aproximarme a mi anhelado destino.

Mis coordenadas apuntan hacia esos lugares, y aunque, poco me gusta amarrar en ellos, es necesario que de vez en cuando, algún marinero de aguas agridulces introduzca su nick allí. Puedo dar fe, que este mundo, al que doy día a día constantes vueltas, es avanzado en muchos aspectos, por eso pienso que sólo investigando, cómo sobreviven los seres que lo habitan podré obtener la respuesta del porqué de su vigencia.

Pues mi intención es, entre otras, desestabilizar el pensamiento único que rige la vida de estas redes llenas de complejos. Introducir en ellas, la idea "revolucionaria", por ejemplo, de que el hecho de ser libre no garantiza tu libertad. Que el mal existe en cada una de las acciones destructivas ejecutadas siempre por humanos contra humanos, que los cromosomas que definen el sexo o el color de la piel no son amenazas y que la estupidez no es una epidemia incurable (o tal vez sí).

Difícil periplo, lo sé, en el que debo cambiar, no sólo el aspecto de un paisaje, sino también el aire electromagnético que lo mantiene vivo. Mi apuesta reside en sembrar ejemplo. Haré uso de la experiencia que dan los años y los errores cometidos para demostrar con buenos argumentos que incluso si los genios del pasado se equivocaban a veces en sus rutas vitales, como no hemos de equivocarnos nosotros, herederos de su sabiduría, pero torpes ejecutores de la misma. Quizás este mundo cibernético, tan real e imaginado a la vez, nos de alguna pista de cómo cambiar el rumbo de toda una generación.

Continúo con mi viaje. En las bodegas de mi PC transporto los mega bites que hacen falta, para sembrar estas aguas cibernéticas con nuevas brisas. Vientos eléctricos que consigan despertar a sus habitantes de ese letargo obsoleto en el que andan sumidos desde el principio de los tiempos.

Una vez más como explorador de lo tangible e intangible sigo, mientras tanto, buscando a mi querida, anhelada e invisible Utopía, porque en ella y solo en ella se concentran mis quiméricos anhelos…







sábado, 27 de noviembre de 2010

Aires renovados.



Desde que trasladaron el ventilador al apartamento de la playa, el sopor se había adueñado de de todo el salón. Para el sillón con orejas empezaba a resultar insoportable pasar una noche más sin aquél viejo aparato que, además de ser un buen conversador, refrescaba el ambiente con el movimiento acompasado de sus aspas. Podíamos considerar que ambos, debido a los años que habían pasado juntos eran buenos y entrañables amigos. No podríamos decir lo mismo de la librería y el mueble bar. Sus disputas eran continuas. La una, se las daba de culta e ilustrada además alardear de estar creada para una función mucho más noble. El otro, presumía de cuantas botellas de distintas procedencias y sabores sostenía.

Pero cuando la discusión subía de tono allí estaba, para alumbrar y disipar cualquier tipo de dudas en cuanto a quien le correspondía la razón, la enorme lámpara que colgaba del techo. Otros muebles que intervenían poco en las discusiones pero no dudaban en chismorrear sobre unos y otros, eran el tresillo, la mesita baja, la mesa de comensales, el televisor y el equipo estéreo.

Todo cambió cuando instalaron el aparato de aire acondicionado pues, aunque un poco engreído debido a su modernidad y la alta tecnología con la que había sido fabricado, a partir de sus instalación en un lugar privilegiado desde donde se divisaba toda la sala, introdujo ese punto de rebeldía, desparpajo, algo de ingenuidad y frescura que aportaba su juventud . Desde ese momento un soplo de aire nuevo renovó aquél anticuado y viejo salón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

2010: Un día sin compras, 364 de consumo crítico.

jpg_10-31b95 Hoy, 26 de noviembre, se celebra el 19º Día Sin Compras (DSC) en distintas ciudades de decenas de países del mundo. Este día simboliza la búsqueda de alternativas que nos permitan superar un modelo de consumo que se ha mostrado insostenible social y ambientalmente. Tiene como fin denunciar los excesos y defectos de este modelo de consumo, promoviendo la reflexión crítica, denunciando los impactos, construyendo alternativas y articulando iniciativas para un consumo consciente, crítico y responsable.

El DSC se celebra cada año la jornada posterior a la conmemoración del Día de Acción de Gracias, a finales del mes de noviembre. La elección de la fecha se debe a que el Día de Acción de Gracias representa el pistoletazo de salida a la oleada de las compras navideñas, principalmente en EE.UU. El también denominado Viernes Negro, es la fecha en la se rebajan los precios en la inauguración de la temporada de compras navideñas, se colapsan las grandes superficies y centros comerciales, la publicidad promueve el desenfreno consumista y, como resultado, es la jornada en la que se produce el mayor volumen de compras en ese país.

Esta iniciativa fue propuesta por el publicista canadiense Ted Dave como una forma de crítica contra los excesos consumistas. Su primera edición se celebró bajo el lema “lo bastante es suficiente” en 1992 y posteriormente el DSC ganó más notoriedad pública al ser impulsado por el colectivo Adbusters. La propuesta del DSC podría ser comparable a una jornada de huelga de los consumidores o una campaña de boicot, no contra un producto o una empresa concreta, sino contra el aparato mercantilista y publicitario y el modelo de consumo resultante.

Los objetivos de esta actuación global no se limitan a la reducción del nivel de consumo en los países del Norte económico, sino que se extienden a promover una reflexión crítica sobre este modelo de consumo, denunciar sus impactos y proponer alternativas viables que estén sustentadas en valores como la sostenibilidad socioambiental, el reparto equitativo de la riqueza, la solidaridad, alternativas que retomen las relaciones comunitarias de cercanía, el comercio local y estén asociadas a las necesidades reales de las personas.

Por ello, se trata de una apuesta activa por otro modelo de consumo más crítico, donde el eje no sea el crecimiento económico y la optimización de los beneficios empresariales a costa de sistemáticas injusticias sociales, la polarización de la riqueza, la dependencia al consumismo y la destrucción de los recursos naturales. Así, se ha convertido en una jornada señalada para los colectivos y personas que apuestan por la transformación del modelo de producción, distribución y consumo, así como del estilo de vida contemporáneo.

Durante esa fecha, los colectivos y organizaciones sociales implicadas en estas temáticas denuncian de distintas maneras un sistema injusto, alienante e insostenible, y reivindican el consumo local, justo y ecológico de los productos necesarios. Por eso, el DSC es también una ocasión para obtener una visión más ajustada de la problemática asociada al consumismo y la promoción del ejercicio colectivo de un consumo responsable y crítico durante los otros 364 días del año.

Se trata, por tanto, de una jornada que sirve para poner sobre la mesa de la conciencia colectiva un conjunto de críticas y alternativas necesarias que han quedado ocultas o disfrazadas por el ruido mediático y la saturación publicitaria. La crítica a una economía que se ha vuelto autónoma, que no toma en consideración las necesidades y exigencias de la vida humana y sólo aspira a su propio desarrollo. A un aparato de producción que pretende alcanzar un ilusorio crecimiento infinito sobreexplotando el planeta y un modelo de consumo que pretende mercantilizar todo aquello cuanto exista. A un estilo de vida que obvia cualquier límite y pasa por encima de las necesidades en nombre del “progreso”, el “desarrollo” o la “modernidad”. La alternativa de construir una sociedad fuera de la lógica del crecimiento, el individualismo y la competencia. De promover un modelo económico y social que respete los límites físicos, proteja y favorezca la vida. La alternativa de reaprender a vivir más allá del consumismo, siguiendo la consigna “menos para vivir mejor”.

martes, 23 de noviembre de 2010

Brujuleando.

Brujuleando por la procelosa mar de las hondas cibernéticas me he encontrado con la reseña literaria de un poeta argentino, cuya lectura de algunos de sus versos me ha sorprendido y maravillado en partes iguales. Como no conocía de su existencia me ha resultado más agradable si cabe dar con él. Es lo que tiene navegar sin rumbo fijo, a la deriva, en busca de lo que esta mar tan eléctrica va dejando como regalo a todo aquél, que de manera intrépida y con la intención de llevar siempre las redes prestas, se adentre en aguas profundas más allá de cualquier horizonte.

Ladrillos de la belleza
De Manuel Graña Etcheverry.

Dentro de tu cabeza,
que tiene pocos centímetros de diámetro,
cabe un megaparsec,
o sea más de tres millones de años luz,
y algo más de doscientos mil siriómetros
(y no importa que me haya equivocado
en las cuentas).


Tú puedes fraccionar esa distancia
en kilómetros, en metros, y hasta en micromicrones.


Puedes reducir todas las cosas
a porciones minúsculas:
los cuerpos a moléculas,
y a átomos,
y escandir más allá, hasta mínimas nadas.


También puedes fraccionar los volúmenes
y expresarlos con números y exponentes.


Puedes desmenuzar
el ritmo de una melodía,
o de un verso,
y reducirlos a esas partes componentes
cuya sucesión te produce
aquella necesidad de retorno de que hablan los tratadistas.


Pero dime, tú que buscas los gránulos mínimos,
los componentes básicos,
los menudos ladrillos invisibles
de las cosas,
dime cuál es la menor partícula,
cuál es aquel ingrediente
primigenio e infracelular
que sumado a otro
y a un puñado de iguales -o distintos-
hace resplandecer de pronto la belleza
en la forma de un rostro,
de un cuadro o de una estatua
o de un poco de tinta en un papel.


Y ahora una breve reseña del autor:

Manuel Graña Etcheverry nació en Córdoba, Argentina, en 1915. Abogado, poeta, traductor y crítico literario. Entre su obra se distingue Poemas para físicos nucleares, El ritmo del verso, La poética de Juan Filloy en Balumba, Defensa de la gramática tradicional contra la lingüística moderna, Ensayos divertidos (que no sirven absolutamente para nada), entre muchos otros títulos. Destacan muy especialmente sus traducciones de la obra completa de Carlos Drummond de Andrade.

Y para finalizar, unos poquitos versos más:

Primero el mundo
se va poblando
de padres, hermanos,
amigos, mujeres,
de gente, aventuras,
una esposa, hijos.


Pero poco a poco,
o de golpe
te vas quedando solo.


Transitoriamente,
o accidentalmente,
insensiblemente
te vas quedando solo.


Los otros poco a poco se alejan.
Unos mueren,
otros se disgustan contigo.


Tus hijos se casan,
o se cansan de ti
(el mundo se les abre:
quieren recorrer su cielo
creyendo que diferirá del tuyo,
así como tú creías que tu vida
sería única, diferente
-y, en rigor, lo fue-).


Finalmente,
los otros se van yendo,
y quedas solo.


De cualquier manera,
quedas solo.


Y no sabías,
que ya venías quedando solo,
desde el principio.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Hervás.

Otoño, silencio, humedad, piedra, amarillo y ocre. Tranquilidad, descanso, Chet Baker...





jueves, 18 de noviembre de 2010

No nos olvidemos de Haití.

Abandono
“Una mujer yace desnuda en una calle próxima a un hospital de enfermos de cólera en la capital de Puerto Príncipe”, es lo que reza el pie de foto que acompaña a esta terrible imagen aparecida hoy en el diario El país. Más que una mujer parece una niña, o una adolescente, qué más da. Parece indiferente, como lo es para los transeúntes que pasan junto a su cuerpo. El verbo yacer parece demasiado suave para describir la situación en la que se encuentra esta joven (dejémoslo ahí) pues más que yacer lo que está es tirada, arrojada contra el suelo en la desesperación y el abandono que sufren todos los seres invisibles que habitan el llamado tercer mundo. Sin nombre ni apellidos nos hemos acostumbrado a contemplar sus figuras desvalidas en los telediarios y periódicos y, a fuerza de verlos, pareciese que forman parte de la cotidianidad, como si de las noticias deportivas se tratase. Digerimos el hambre, las tragedias, las guerras y los asesinatos como si fueran parte del menú. Nos hemos vuelto insensibles, cómodamente insensibles (confortably numb que diría Roger Waters).

Una joven yace desnuda en plena calle de la capital de Haití, el cólera la ha derribado, la ha despojado hasta de sus ropas, no sabemos si está muerta aunque sus ojos están abiertos. Parce que nos mirara con esas miradas que son una daga, un cuchillo que se nos lanza no contra el alma si no al mismísimo centro de nuestras vísceras, donde enviamos estas imágenes para que no dañen ni nuestro cerebro ni nuestra razón y no lleguen a alterar ni un ápice de nuestra presunta sensibilidad. 

Una joven yace sin ropa en plena calle como una apestada, como un trozo de basura contagioso. Seguramente, más tarde la recogerán como si de eso se tratase, de basura. Acabará en una fosa común cubierta de cal o en un crematorio. Pasará a la lista de las miles de víctimas que cada día completan las frías estadísticas de los muertos sin nombre. Hoy es el cólera, ayer un terremoto, mañana una guerra, pasado un huracán…

Como nos recuerda cada día Forges en sus viñetas: Aunque conviene no dejar de reír por todas las cosas buenas que también tiene este mundo…pero no te olvides de Haití.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Sobre el genocidio saharaui.

A continuación copio y pego el manifiesto informativo que aparece en la web de Annistía Internacional. En ella piden adesiones mediate la fima para parar el genocidio.

http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/sahara-investigacion-justicia/


El Sáhara merece una investigación .
El pasado 8 de noviembre las fuerzas de seguridad marroquíes llevaron cabo una operación en el campamento de Gadaym Izik, cerca de El Aaiún, en el Sáhara Occidental, un asentamiento informal de tiendas de campaña y viviendas improvisadas que alberga a miles de saharauis. Informes de activistas locales señalan que las fuerzas de seguridad irrumpieron en el campamento, golpeando a los residentes y usando gases lacrimógenos y cañones de agua caliente para obligarles a salir de las tiendas, que quemaron o derribaron. Lo que podría indicar un uso excesivo de la fuerza. Por su parte, fuentes gubernamentales indican que, en el desarrollo de esta operación y en los días posteriores, nueve personas, ocho de las cuales pertenecían a las fuerzas de seguridad, perdieron la vida.

Desde el 10 de octubre de 2010, miles de saharauis han levantado un campamento en el desierto, a unos 10 o 13 kilómetros al este de la ciudad de El Aaiún, con el fin de exigir mejores oportunidades de trabajo y vivienda. Desde entonces, el ejército marroquí mantiene una fuerte presencia en torno a este campamento. Según las autoridades marroquíes, la operación era necesaria para liberar a los residentes del campamento que estaban retenidos allí contra su voluntad y que ellos sólo respondieron a la fuerte resistencia con la que fueron recibidos. En cambio, según los residentes del campo lo que hicieron las fuerzas de seguridad marroquíes fue sacar por la fuerza a miles de saharauis del campamento.

Estos hechos evidencian la necesidad de incluir un componente de vigilancia de los derechos humanos en el mandato de la MINURSO, el órgano de la ONU que supervisa el acuerdo de alto el fuego alcanzado entre Marruecos y el Frente Polisario en 1991. Sin este componente la eficacia de la MINURSO se ve debilitada y no permite que se investiguen adecuadamente los abusos contra los derechos humanos.

Ante la magnitud de estos hechos y la incertidumbre sobre lo que realmente ocurrió en Gadaym Izik, es necesario que las autoridades marroquíes abran de forma inmediata una investigación independiente para conocer a ciencia cierta lo que sucedió, si es precioso con la ayuda de las Naciones Unidas. De la misma manera, si se demuestra que se ha dado un uso excesivo de la fuerza, los responsables deben responder de sus actos ante la justicia. Por ello, tu firma es necesaria.

Pide al gobierno de Marruecos que investigue estos hechos.

¡Actúa!

Fuerzas marroquíes desmantelan un campamento de miles de viviendas de saharauis cerca de El Aaiún

lunes, 8 de noviembre de 2010

Mr. X.

Pertenezco a la generación que, por edad, ni pudo votar en las primeras elecciones generales democráticas, ni en el referéndum constitucional ni tampoco en las primeras elecciones municipales. Mi primera cita con las urnas fue en la consulta que el gobierno de Felipe González hizo sobre la OTAN el 12 de marzo de 1986 y a partir de aquí he de reconocer que mi relación con las urnas no ha sido ejemplar. Como tampoco lo ha sido con las distintas formas y contenidos de las políticas aplicadas en este país llamado España. Ni a nivel municipal, ni comunitario, ni estatal. Y esto lo escribo a propósito de la reflexión que me suscita leer y escuchar las declaraciones realizadas por Felipe González en la entrevista publicada por el diario el País (07-11-2010), donde no se corta un pelo en manifestar que “tuve que decidir si volaba a la cúpula de ETA. Dije no. Y no sé si hice lo correcto”.

Tras leer semejante barbaridad volvieron de nuevo a mi cabeza los recuerdos de cuando era más joven. Salieron de donde permanecían congelados aquellos años de militancia ecologista, de activismo antimilitarista, de las guerras no violentas pero sin tregua a los distintos gobiernos municipales del Ayuntamiento de Getafe (con todavía su hoy alcalde al frente, Pedro Castro), todos ellos del PSOE, a las manifestaciones estudiantiles de finales de los 80, a las marchas anti OTAN y anti bases yanquis, a las manifestaciones antinucleares, a las huelgas generales contra reformas neoliberales de marcado carácter antisocial, en fin, me vienen a la memoria todos aquellos años de lucha, de rebeldía, de acción y de ganas de cambiarlo todo. Curiosamente, casi todos los que nos vimos envueltos en aquellas batallas, tuvimos enfrente a políticos del PSOE.Y eso marca y deja no heridas pero si cicatrices. En la época más oscura de este partido, donde casos como el de FILESA, MALESA, Time Sport, los GAL o el robo a saco de los fondos reservados desde luego no ayudaron a mejorar la imágen que, a partir de los múltiples conflictos de carácter ecologista en los que tuvimos enfrente al partido socialista, ya nos habíamos ido forjando.

Creo que  gran parte de aquellos jóvenes inconformistas y luchadores fuimos una generación marcada que todavía no se ha podido desprender, por lo menos en lo que a mí respecta, de la carga estigmática que dejan los enfrentamientos continuos con un poder representado por un partido, supuestamente, de izquierdas. Por lo que, la desilusión, el descreimiento, el escepticismo y el cansancio hacen más estragos que si como "enemigo" tienes a algo tan obvio, tan fácil de objetivizar como un partido de derechas, y más aquí, en este país donde la derecha sigue siendo rancia, antagónica y con marcados tintes franquistas. Creo que todo hubiese sido más fácil de llevar y soportar y quizás no nos hubiera marcado tanto. Dicen los de la generación anterior a la mía con cierto tono irónico que “se estaba mejor contra Franco”. Quizás sea eso, que es más fácil de entender y por lo tanto combatir al enemigo si este siempre viste el mismo traje. Al menos así no engaña a nadie.

Por eso, cuando escucho y leo las declaraciones de este personaje, de infausto recuerdo, me retrotrae a aquellos años de desilusión y frustración donde fue germinando lentamente la semilla del descreimiento. Poco a poco se fue ahogando el espíritu combativo de gran parte de toda esta generación de jóvenes ecologistas. Menos mal que todavía siguen en la lucha algunos compañeros de mil batallas. Con ellos no pudo la frustración y el desaliento, su coraza era más fuerte y difícil de traspasar. El saber que siguen ahí aligera mi desasiego.

Bienvenido Mr. X de nuevo a la actualidad mediática, pero sea usted mil veces maldecido. Su hipocresía, su falta de moral, de principios éticos y del más mínimo decoro y vergüenza me refuerza la idea de que al frente de los gobiernos están y han estado en su mayoría psicópatas enfermos de poder, cuyo único objetivo es hacer prevalecer el cada vez más obsceno sinsentido de las cosas. Y no faltan ejemplos ni en el pasado ni en el presente para corroborar lo que digo.

Debe resultar excitante, erótico y hasta orgásmico tener en tus manos la vida de las personas, aunque estos fueran de la peor calaña, ¿verdad señor González? Gracias por no apretar el “botón”, los ciudadanos que aún conservamos la cordura y el correcto sentido de los actos, se lo agradecemos profundamente, gracias por no tenerle que recordar además de por su deleznable política, por ser también un genocida.





domingo, 7 de noviembre de 2010

Sobre la visita papal.

Por más que uno no quiera caer en la tentación masoquista de leer la prensa diaria, más hoy con las ventajas que brinda para ello la llamada “Red de Redes”, no puedo si no rendirme al impulso irrefrenable de abordar últimas noticias, reportajes y artículos de opinión sobre la ardiente (yo diría que achicharrada) actualidad. Por más que no quiera puede más sobre mí la idea de que entre tanta ignominia, demagogia, crueldades varias, catástrofes, desaliento, mentira, corrupción y, sobre todo, falta de humanidad encontraré algún fragmento aunque sea diminuto y casi imperceptible que me devuelva algún resquicio por donde pueda entrar la esperanza, y si no puede ésta que al menos entre un pedacito de belleza, aunque sin ésta última creo imposible que se de la primera. Y digo esto porque este fin de semana además de la sensación de “sparring” que siente uno cuando se sumerge en el mundo de los medios, esta vez me sentí golpeado por un puño, sin guante, que más que mano cerrada sobre sí, pareciese un bloque de hormigón armado lanzado contra el centro de mi cara. Claro que la “mano de Dios” cuando golpea lo hace con toda su crudeza. Porque no puedo sentir otro cosa cuando leo o escucho las declaraciones de su Santísima Excelencia (Benedicto XVI), acusando al gobierno de este país de ejercer un “laicismo virulento y agresivo”. ¡Por todos los dioses desde el principio de los tiempos!

Porque mientras el Papa denuncia el laicismo sin escrúpulos del estado Español sin el menor recato ni vergüenza y se despacha a gusto con estas declaraciones, es recibido en lo que un día fue bautizado por el fascismo como “tierra santa”, con toda la pleitesía, digna de reyes de antaño, por parte de todas las autoridades civiles (y militares). Y esto es capaz de decirlo pese al financiamiento y privilegios fiscales de la Iglesia, y sin que su Santidad caiga en la cuenta de que se sigue manteniendo el concordato de origen franquista que impone la presencia clerical en la educación y hasta en el ejército, además de contar con el apoyo incondicional de toda la monarquía en pleno y del principal partido de la oposición. Obviando, también, por supuesto, los más que mayoritarios días festivos de índole católica, los honores que reciben santos y vírgenes por la mayoría de los alcaldes (sean del partido que sean) y “personalidades” de distinta procedencia en todas las fiestas patronales a lo largo y ancho de la geografía española, etc. Pero la insatisfacción mostrada por Benedicto no tiene límites, pues además de toda la arenga inquisitorial con la que se despachó no pudo marcharse sin denunciar la amenaza que, según él, supone para la familia (evidentemente para la familia según los cánones católicos) tanto “libertinaje” laico, aunque esté amparado por leyes, tan humanas, como las que dicta la mayoría de los miembros de un parlamento elegidos por el pueblo soberano.

Y eso que no me cuesta reconocer que hay que superar la concepción de la religión como un asunto privado que no ha de tener ningún papel en los debates sociopolíticos y culturales y que ésta es una cuestión pública y, como tal, las confesiones religiosas tienen todo el derecho a participar. Y reconociendo también que la comunidad católica es plural y por tanto es de justicia valorar como se merece el rol positivo que ejercen muchos de sus integrantes y grupos, pues desde la lógica de la laicidad, cabe apelar de igual modo a una apertura a las aportaciones éticas de las religiones, como postuló Aranguren, y a una mayor atención a la racionalidad de las convicciones religiosas como propone Habermas. Pero por otra parte, no debemos olvidar que las mayores diferencias sociales e ideológicas y quienes más han activado en los últimos años el enfrentamiento cultural y ético con claras repercusiones en las decisiones políticas han sido la Conferencia Episcopal y el sector católico que sigue a pie juntillas sus recomendaciones.

Quizás en un futuro, esperemos no muy lejano, sepamos convivir sin agresiones tanto ateos, agnósticos, laicos y creyentes (sea cual sea la religión que profesen) sin alterar ninguna de las libertades cívicas que como ciudadanos de derecho tengamos para bien dotarnos. Por eso, sería bien recibida como postula F. Sabater “una ley de libertad religiosa a la altura de nuestra realidad social y del siglo en que vivimos. Para que los creyentes puedan ejercer a título personal su religión al modo que prefieran, siempre que no conculquen las leyes civiles... y, sobre todo, para que los no creyentes o los que creemos otras cosas no tengamos forzosamente que sentirnos avasallados por la fe de nadie”.