Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

lunes, 8 de noviembre de 2010

Mr. X.

Pertenezco a la generación que, por edad, ni pudo votar en las primeras elecciones generales democráticas, ni en el referéndum constitucional ni tampoco en las primeras elecciones municipales. Mi primera cita con las urnas fue en la consulta que el gobierno de Felipe González hizo sobre la OTAN el 12 de marzo de 1986 y a partir de aquí he de reconocer que mi relación con las urnas no ha sido ejemplar. Como tampoco lo ha sido con las distintas formas y contenidos de las políticas aplicadas en este país llamado España. Ni a nivel municipal, ni comunitario, ni estatal. Y esto lo escribo a propósito de la reflexión que me suscita leer y escuchar las declaraciones realizadas por Felipe González en la entrevista publicada por el diario el País (07-11-2010), donde no se corta un pelo en manifestar que “tuve que decidir si volaba a la cúpula de ETA. Dije no. Y no sé si hice lo correcto”.

Tras leer semejante barbaridad volvieron de nuevo a mi cabeza los recuerdos de cuando era más joven. Salieron de donde permanecían congelados aquellos años de militancia ecologista, de activismo antimilitarista, de las guerras no violentas pero sin tregua a los distintos gobiernos municipales del Ayuntamiento de Getafe (con todavía su hoy alcalde al frente, Pedro Castro), todos ellos del PSOE, a las manifestaciones estudiantiles de finales de los 80, a las marchas anti OTAN y anti bases yanquis, a las manifestaciones antinucleares, a las huelgas generales contra reformas neoliberales de marcado carácter antisocial, en fin, me vienen a la memoria todos aquellos años de lucha, de rebeldía, de acción y de ganas de cambiarlo todo. Curiosamente, casi todos los que nos vimos envueltos en aquellas batallas, tuvimos enfrente a políticos del PSOE.Y eso marca y deja no heridas pero si cicatrices. En la época más oscura de este partido, donde casos como el de FILESA, MALESA, Time Sport, los GAL o el robo a saco de los fondos reservados desde luego no ayudaron a mejorar la imágen que, a partir de los múltiples conflictos de carácter ecologista en los que tuvimos enfrente al partido socialista, ya nos habíamos ido forjando.

Creo que  gran parte de aquellos jóvenes inconformistas y luchadores fuimos una generación marcada que todavía no se ha podido desprender, por lo menos en lo que a mí respecta, de la carga estigmática que dejan los enfrentamientos continuos con un poder representado por un partido, supuestamente, de izquierdas. Por lo que, la desilusión, el descreimiento, el escepticismo y el cansancio hacen más estragos que si como "enemigo" tienes a algo tan obvio, tan fácil de objetivizar como un partido de derechas, y más aquí, en este país donde la derecha sigue siendo rancia, antagónica y con marcados tintes franquistas. Creo que todo hubiese sido más fácil de llevar y soportar y quizás no nos hubiera marcado tanto. Dicen los de la generación anterior a la mía con cierto tono irónico que “se estaba mejor contra Franco”. Quizás sea eso, que es más fácil de entender y por lo tanto combatir al enemigo si este siempre viste el mismo traje. Al menos así no engaña a nadie.

Por eso, cuando escucho y leo las declaraciones de este personaje, de infausto recuerdo, me retrotrae a aquellos años de desilusión y frustración donde fue germinando lentamente la semilla del descreimiento. Poco a poco se fue ahogando el espíritu combativo de gran parte de toda esta generación de jóvenes ecologistas. Menos mal que todavía siguen en la lucha algunos compañeros de mil batallas. Con ellos no pudo la frustración y el desaliento, su coraza era más fuerte y difícil de traspasar. El saber que siguen ahí aligera mi desasiego.

Bienvenido Mr. X de nuevo a la actualidad mediática, pero sea usted mil veces maldecido. Su hipocresía, su falta de moral, de principios éticos y del más mínimo decoro y vergüenza me refuerza la idea de que al frente de los gobiernos están y han estado en su mayoría psicópatas enfermos de poder, cuyo único objetivo es hacer prevalecer el cada vez más obsceno sinsentido de las cosas. Y no faltan ejemplos ni en el pasado ni en el presente para corroborar lo que digo.

Debe resultar excitante, erótico y hasta orgásmico tener en tus manos la vida de las personas, aunque estos fueran de la peor calaña, ¿verdad señor González? Gracias por no apretar el “botón”, los ciudadanos que aún conservamos la cordura y el correcto sentido de los actos, se lo agradecemos profundamente, gracias por no tenerle que recordar además de por su deleznable política, por ser también un genocida.





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