A continuación transcribo el comienzo de un artículo de opinión publicado en el diario “Público” por el columnista Manolo Saco. Iba a cuento sobre la huelga de controladores aéreos y si a éstos se les podría considerar clase obrera y sobre el oportunismo y lo justo o no de la misma, etc. pero lo que a mí me hizo gracia y me pareció original fue el argumento de entrada. Helo aquí:
"Dicen de los asesinos en serie que el primer asesinato es el más difícil para ellos, el que crea en su mente un torbellino de dudas, ansiedades y sentimientos de culpa, pero que los siguientes ya vienen limpios, sin todos esos efectos secundarios molestos.
Le ocurre lo mismo a los dogmas: admitir el primero, por muy disparatado que sea, podría crearnos severos traumas, pero una vez asumido, pongamos por caso, que hay un dios que se divide en dos para que el segundo preñe a una mujer virgen y nazca de ella un tercero, pero que en realidad es el mismo, uno y trino, y que considera pecado comer el fruto de un árbol de un paraíso donde vivía el hombre, solo, el pobre, hasta que ese dios que son tres consideró oportuno crear, de una costilla del hombre que había modelado previamente con barro, una mujer para que le entretuviese… una vez admitida esta estupidez, todo lo que venga detrás forma parte ya del sentido común entre los creyentes".
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