Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

jueves, 15 de diciembre de 2011

¡SALVAD EL EURO!



¡Salvad el Euro! Nos gritan hasta hacernos que nos estallen los tímpanos desde Europa, que ya no es otra más que la Europa de los bancos y las multinacionales (¿o acaso creíamos otra cosa?), como si la moneda única fuera un ente con vida al que hay que rescatar, como si de una ballena varada fuese, y devolverle a la vida, o lo que es lo mismo a la circulación. Y para que este ente viva, nosotros, todos los habitantes de la llamada Unión Europea, necesita alimentarse con nuestros derechos, libertades, pensiones, sanidad, educación, medio ambiente y un largo etcétera, hasta dejarnos en la miseria. Su voracidad no parece tener límite y no parará hasta devorarnos por completo y ya no quede nada y, después de esto, ¿qué quedará para su supervivencia? Nadie lo sabe pero lo que sí sabemos es que este capitalismo voraz terminará por acabar con todo…

Y para ello, para salvar al maldito euro, nos piden más sacrificios pero lo que en verdad va implícito en ese mensaje es que algunos de nuestros conciudadanos tendrán que ser sacrificados o lo que es lo mismo: liquidados. Como las miles de familias que sufren las consecuencias de haber creído que pagarían hipotecas con sueldos mileuristas: 90.000 ejecuciones hipotecarias en 2009 y 180.000 en 2010. Y todo por el bien del euro y del mercado. Porque quien nos gobiernan amoralmente y ya sin ningún tipo de vergüenza (si es que alguna vez la tuvieron) son los mercados, y lo han conseguido gracias, entre otras cosas, a la ineptitud de los políticos que con la única fórmula de los recortes sociales no han podido mejorar la situación, si no todo lo contrario, más bien empeorarla aún más.
¡Salvemos el Euro! Y para ello que se hundan todavía más los más de 4.500.000 parados en un país donde la única familia que tiene asegurado el trabajo de por vida, la Familia Real, tiene un yerno, Hurtangarín, digo Urdangarín, que ha utilizado este parentesco para hacer negocios multimillonarios a costa de contratos con dinero público de por medio. Primero fue el braguetazo y después el pelotazo. Pero no se vayan todavía que aún hay más: un país donde se nos insiste en que debemos sacrificarnos para salvar el euro pero donde 16 altos cargos del PP del Ayuntamiento de Valencia y de municipios aledaños han sido imputados por crear una empresa (EMARSA) en la que facturaron hasta 30 millones, de ese euro que debemos salvar, a sus ayuntamientos por servicios inexistentes, llevando a dicha empresa a la quiebra dejando una deuda de 17 millones de euros gastados en restaurantes de lujo, viajes, ordenadores y hasta en la compra del supermercado y de tabaco.

Un país donde el ministro de Fomento y portavoz del Gobierno en funciones, además de vicesecretario general del PSOE, José Blanco, está bajo sospecha judicial por presunto tráfico de influencias y cohecho. Y donde la primera medida tomada por dicho gobierno en funciones, derrotado en las últimas elecciones, ha sido indultar a un banquero del Banco de Santander condenado a pena de arresto mayor y suspensión del ejercicio profesional por presentar una denuncia falsa a sabiendas cuando era presidente de otro Banco, el Banesto.

Sí, sin permitirnos que dudemos nos dicen que hay que salvar el Euro para que los banqueros de la Unión Europea, que han recibido de la misma 1,6 billones de euros públicos entre octubre de 2008 y diciembre de 2010, sigan siendo cada vez más poderosos y más ricos mientras que a las empresas que crean empleo se les redujeron las ayudas en 11.700 millones de euros en 2010.

Pues si es así va ser que no, que salve al euro quienes defendieron la liberalización sin control de los mercados financieros: ejecutivos y empresas que se beneficiaron de los excesos del mercado durante el boom financiero, quienes permitieron sus prácticas y quienes les permiten ahora salir indemnes y robustecidos, con más dinero público, a cambio de nada. Empresas como Lehman Brothers o Goldman Sachs, bancos que permitieron la proliferación de créditos basura, auditoras que supuestamente garantizaban las cuentas de las empresas, y gente como Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal norteamericana durante los Gobiernos de Bush y Clinton, opositor a ultranza a la regulación de los mercados financieros. O aquí, en España, tipos como Emilio Botín, presidente del banco de Santander, o Amancio Ortega y su ex-esposa la indignada Rosalía Mera(IMDITEX), Juan Roig (MERCADONA), Isak Andic (MANGO), el presidente de la patronal CEOE, Joan Rosell y todos aquellos multimillonarios que se han forrado a nuestra costa y que la crisis "se la suda". Que sean ellos lo que salven el Euro con la ayuda de todos los políticos que antes les han ayudado a ellos a seguir forrándose (no sin los correspondientes agradecimientos, claro está).

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