Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

domingo, 28 de octubre de 2012

DIÁLOGOS CANALLAS.



I.                    AMIGOS.

¡Qué tal Paco! ¿Cómo estás?
Bien, bien. Aunque podría estar mejor.

Ja, ja. Claro si te tocara la lotería ¿no? Eso decimos todos.
Mi mujer me ha abandonado.

Joder Paco ¿Cómo ha sido eso?
Pues ya ves. Una mañana, ya hace un par de semanas, me dijo que ya no quería vivir conmigo.

¿Eso fue todo?
¿Te parece poco?

No sé, joder, te daría alguna explicación.
Si entiendes por explicación que ya no podía seguir viviendo conmigo.

Solo eso. No te dijo que ya no te quería, que ya no le gustabas.
Si. Bueno. Me dijo que si quería seguir acostándome con ella mejor vivir separados.

¡Coño! Eso sí que es bueno. No jodas que te dijo eso. Ja, ja, la muy puta.
No te pases, todavía sigue siendo mi mujer, y todavía la sigo queriendo.

Perdona tío pero es que no entiendo nada.

Verás. Me dijo que si no se marchaba de casa terminaría por dejar de quererme, entonces se buscaría un amante, lo cual sería un engaño, una traición. Porque la idea de tener una amante la estaba empezando a seducir. Por lo tanto, para evitar estas situaciones indeseables para ambos era mejor marcharse de casa y que el amante fuera yo. Dejaríamos de ser marido y mujer para ser simplemente amantes. Sin compromisos, sin ataduras. Solo pensaríamos el uno en el otro con los ojos del deseo.
Ostias con tu mujer. Pero a la muy cabrona (con perdón) no se la puede acusar de falta de sinceridad. Por cierto, lo ojos no piensan.

No me seas tan perspicaz, piensan más de lo que tú te crees, sobre todo cuando nos referimos a las cuestiones relacionadas de con quién te vas a la cama. ¿Y tú Javi, qué tal con tu mujer?

Me dejó hará ya más de dos meses. No sé cómo le irá, hace un mes que no sé nada de ella.
No te preocupes está estupendamente.

¿Cómo lo sabes?
Ella y yo también somos amantes.


II.                  EN LA BARRA DE UN BAR.

Por favor, póngame otro gin tonic.
Aquí tiene.

Ok. Gracias.
Oiga. Yo a usted le conozco.

Pues es la primera vez que vengo aquí.
Pues le digo que le conozco.

Pues será de otro lugar.
No, no. Llevo bastantes años trabajando aquí como para olvidar una cara.

Ya, pero por aquí pasará mucha gente, supongo. Y, aunque hubiera estado en alguna otra ocasión ¿qué le hace pensar que me conoce?

Ve, ya me está reconociendo que ha estado alguna que otra vez.
Joder. Está bien. No es la primera vez que vengo. Pero aun así, por qué me recuerda. Las veces que he venido esto estaba de bote en bote ¿Cómo podría recordar mi cara en particular?

Porque ambos estamos muertos ¿No me diga que no lo recuerda? Fue la otra noche, el marido de la mujer con la que compartía un par de gin tonics en esta misma barra disparó dos veces, una dio en el blanco la otra no. Ya puede imaginar donde  fue a parar aquella bala perdida…

III.                    VODKA CON NARANJA.
¡Mierda de vida!
Deja de lamentarte y sigue bebiendo.
Sí, ya sé, por aquello de bebe y olvida. Pero es que ni así puedo olvidar.
Pues pégate un tiro.
Ostias, no seas tan dura conmigo.
No me gustan los tíos blandengues. Quiero unos labios, una boca unida a un tío duro, que sepa apreciar lo que valgo. No estoy hecha para paladares sin clase.
Tengo que recordarte que soy yo el que pago, así que déjate de monsergas y aguanta mecha.
Siempre salís con lo mismo cuando os dicen las verdades a la cara y aquello que no estáis dispuestos a oír. Que si yo pago y por eso mando, tengo el poder, habla cuando te pregunten y bla, bla…
Vale, vale, está bien, dime todo lo que me tengas que decir antes de que acabe contigo.
Ok, pero igual no es de tu agrado.
¡Quieres empezar ya!
Bien. Pues me parece lamentable que un tipo de más de cuarenta tacos tenga que recurrir a la borrachera como refugio ante la adversidad. Creo que eres un puto Peter Pan. No has madurado todavía ni creo que lo vayas a hacer en tu vida. Que tu mujer se haya fugado con tu mejor amigo no es un drama teniendo en cuenta que ella te pillo a ti antes en la cama con el polaco que repartía el butano. Afronta los hechos, sal del armario y vive una nueva vida.
Joder, ninguna persona me había dicho nada parecido.
Claro pero es que yo no soy una persona soy una copa de vodka con naranja.
Creo que te beberé de un solo trago.


 

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