Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

jueves, 9 de diciembre de 2010

9 de diciembre de 2010.

Sigo con mi viaje cibernético sin retorno a través de las procelosas aguas que mecen este gran ataúd (que diría L.E. Aute) en el que se ha convertido este mundo irreal de unos, ceros e impulsos electromagnéticos. Comienzo a tener la certeza de que este universo de redes se parece cada vez más, no sin cierta insolencia, al real. Ese al que nuestros pies buscan cada mañana al levantarnos de la cama, no sin cierto miedo de no encontrarlo debajo.

Hoy, la procelosa mar cibernética se dibuja en mi camino como una línea curva e ininteligible. En días como este, el concepto de viaje por el espacio-tiempo se me torna confuso y aunque no pierdo la esperanza de encontrar mi anhelada quimera, la desgana y la apatía asaltan cual piratas mi navío imaginario. Debo estar presto a atajar cualquier atisbo de frustración, pues solo con el arrojo que me embarga en esta insólita aventura lograré salir de este, digamos, “bajón” inesperado.

Mis coordenadas ya no son las mismas que cuando comencé esta nueva etapa. Tanto salto espacio-temporal me está produciendo cierto vértigo, tendré que sujetarme con más fuerza, si cabe, a mi ratón, digo a mi timón para no perder el norte y fijar de nuevo el rumbo. Navegaré, si no hay más cambios, hacia otras realidades que por el hecho de no ser tangibles no son menos evidentes. Desde el puesto de mando van apareciendo ante mi mirada perpleja, una tras otra, las distintas “fotografías” que dan forma e imagen a todo lo que acontece.

Sustancia y materia de una realidad cada vez más desoladora. Pocas cosas son las que embellecen el paisaje a no ser que se navegue contra corriente. Pero hoy decidí dejarme llevar por lo que acontece, contemplar la cruda realidad que no es más que el fiel reflejo de lo que de mi pantalla se desprende. Así pues, como si de un abanico se tratase, una sucesión de noticias encadenadas van dando forma a un horizonte desolado.

Más revelaciones de wikileacks o lo que es lo mismo más atentados a la democracia, los controladores aéreos se defienden de lo indefendible, el gobierno se justifica, la oposición ataca, los nacionalistas a lo suyo, los políticos en general a lo de todos pero con pocas o escasas buenas intenciones. Y todavía más: Andalucía se inunda, los hosteleros se quejan, los viajeros se indignan, el paro vuelve a subir, la economía vuelve a bajar, los palestinos siguen oprimidos, los saharauis siguen ninguneados, Oriente medio sigue siendo un pozo de petróleo ardiendo en sangre, el cambio climático sigue adelante, los bosques del mundo siguen hacia atrás… la ignorancia gana a la inteligencia, lo gritos a los argumentos, se estrena una nueva peli-basura, a una niña musulmana le tapan los oídos en clase de música para no ser corrompida, la estupidez sigue siendo el caldo de cultivo de la religión…

Mi dedo índice se apresta con la velocidad del rayo a golpear la tecla de escape. Necesito respirar aire con menos carga eléctrica para volver a retomar el rumbo. Quizás tras un respiro pueda contrarrestar el oleaje y salir de la brusquedad de esta tormenta de informaciones a cual más desalentadora. Buscaré aguas más apacibles donde descansar la mente y recomponer la ruta…



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