Welcome to the Inopia.

Más allá de Orión, la Puerta de Tanhauser, los Cerros de Úbeda, la cara oculta de la luna, Babia y más lejos todavía de donde Cristo perdió el gorro andan a la deriva, o más bien naufragan, mis pensamientos y reflexiones sobre las más que recalentada realidad que nos abrasa todos los días. Por eso, cuando todo se emborrona y pareciera que nada tiene sentido, me exilio en la Inopia, lugar donde encuentro el hilo de Ariadna al que agarrarme si quiero encontrar la salida del laberinto.


Sitio desnuclearizado

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Sobre la cumbre del Clima en Cancún.

Leo las conclusiones de la Cumbre sobre cambio climático de Cancún y no parece que por encima de las buenas palabras y promesas haya verdaderos compromisos. Para los gobiernos representados en la cumbre (excepto honrosas excepciones como es el caso de Bolivia) no parece que estén en su cargada agenda de trabajo abordar de manera urgente temas, tan importantes para el desarrollo y la calidad de vida de los habitantes del planeta, como la invasión transgénica, el desarrollo de la energía nuclear, el despilfarro de los recursos naturales, el comercio reverdecido y las injusticias ambientales que plantea el actual modelo de mercado y de crecimiento.

De esta forma, el texto final presentado por la presidencia de la Cumbre en las últimas horas de las negociaciones omite las referencias a los apartados relacionados con la Justicia climática, que se encontraban en los textos en los que más de 190 países han estado trabajando los últimos meses. Por lo que las partes reunidas solamente se comprometen a continuar con las negociaciones, a acometer mayores inversiones en tecnología sostenible (expresión que esconde una contradicción en sí misma) y en distribuir dinero y tecnología en aquellos países que lo necesiten para diseñar y construir sus propios futuros sostenibles. Un marco de adaptación que se resume en la aportación de 100.000 millones de dólares dentro de diez años para así conseguir que la temperatura del planeta no suba más de 2º, cuando parece demostrado que con los 0,8º actuales los desastres ecológicos ya están en marcha.

Nuestro país, representado en Cancún por la nueva ministra de medio ambiente Rosa Aguilar, ni tan siquiera se compromete, solo se lo plantea “como reto” el disminuir el 30 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en base a 1990. Toda una declaración de intenciones por parte de una ministra ahora socialista antes comunista…

Parece lamentable que la situación de las negociaciones internacionales vuelva a una situación de tan solo “declaración de intenciones” de compromiso en el futuro, en vez de compromisos reales, tal y como requiere la situación de urgencia en la que se encuentra el cambio climático.

...Pues parece que no lo fue...

Para más información:  http://www.ecologistasenaccion.org/

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